29 marzo 2010
mi primera nota
"Prende y sorprende..."
E. Mariota
No me acuerdo que día era, pero suena a una aventura de viernes en la noche. No me acuerdo del mes ni del año, pero un otoño halloweenoso fits nice. Como a eso de las seis y media de la tarde, mis vecinos que eran un par de años mayores que yo y unos hijueputas de verdad, me llevaron al primer machineo de mi vida. De en casa 'e mi vecino salía un perfume que siempre me encantó. Olor a humo, de tabaco, de pipa y cigarro, de vez en cuando también olía a periódico quemao y otras cosas que no podía identificar pero me sentaba en la marquesina de casa a mirar las nubes por horas como un pendejo, y en la marquesina de al lao, Don Guide en su mecedora con una caja de fósforos en la mano, el lighter es cosa de pendejos. Don Guide es un viejo cabrón con todas las de la ley; veterano, mecánico, handy-man y un lobo de la calle que fuma desde los ocho años. Junito era digno nieto de su abuelo y siempre estaba en las de ponerme alante. Me enseño treparme por las ventanas al techo de mi casa, a prender pertardos y a tirar piedras. Él estaba comprometido a que yo no fuera el pendejo de la calle, no podía haber alguien tan pendejo como yo viviendo cerca de él.
Omar, Gabi y Joel eran un trío de aspirantes a cabrones y lo lograron con mucho éxito un par de años más tarde, pero ellos estaban en el corrillo también. Ellos se encargaron de enseñarme a tratar de pelear, a tratar de jugar basquet y a hablar con cinco pitbuls y un fucking chihuahua. El último, Emanuel, hermano de Junito también nieto de Don Tabaco era el más chamaquito pero estaba más alante que yo por un par de cuerpos. La misión era sencilla, "Hoy es que vamos a fumar. Yo tengo los fósforos. Emanuel, vete con Joel y Gabi y traigan las hojas. Carlos..." "Yo traigo el papel. Nos vemos horita."
Llegó to' el mundo detrás de casa de alguien que tampoco recuerdo. Dos o tres bolsillos llenos de hojas secas del patio de alfrente de Don Guide, una caja de Three Stars a mitad y puse el papel en el piso. Un shopper de B&B que me robé como un ninja de mi casa. Estaba virgen porque todavía mami no lo había cogido pa' hacer las marcas con el pilot azul antes de ir de shopping el sábado. Hojas. Un montón de hojas de úcar secas enrolás en un shopper de B&B. Estaba ansioso. Junito enroló y encendió; "prende y pasa, no se lo que te atrasa, ven inhala el humo de lo que llamo melaza" y me tocó a mí. Fui el segundo por aquello del papel. Nadie tuvo problemas con mi selección de papel, lo importante era fumar. Me di la primera jalá sin miedo. En la cachá me fumé un cuarto de bolsillo de hojas, una vajilla de 48 piezas, dos botellas de Snuggle y un horno microonda. Me lo saqué de la boca y lo pasé. Tosí como un cabrón, se me nubló la vista y sentí que estaba dando vueltas a las millas como si estuviera montao en el hamburguer rotativo del parque de Mc Donald's. Arrebato al instante. Los hijueputas se rieron de mi pero terminaron tosiendo igual que yo. Un poco de lágrimas y "ojos bicho 'e perro." Entre todos nos fumamos los especiales hasta el cabo. Cuando pasamos arrebataos en hojas de úcar y tinta de periódico frente a casa 'e Don Guide, él estaba en la suya. Después de todo y según me contó una vez, él fumaba hasta coítre allá en Vietnam.
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1 comentario:
Una vez yo fume en papel de Biblia.
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