En alguna parte de la casa no muy escondida hay una cornucopia de pastillas recetadas, genéricas, controladas, expiradas, azules, verdes, amarillas y colorás. El pastilleo es generalizado, aceptado y libremente comentado en la sociedad. Empeparse es legal y aunque sea más caro que el perico, la manteca y el pasto, paga arbitrios y por eso las cubre el plan.
"Estas son pa'l reflujo y la acidez, estas pa' controlar la azúcar, las redonditas son las de la presión y en el bolsillo siempre tengo nitro. Esta blanca me la tomo pa' poder dormir y si no me tomo esta roja no me levanto mañana."
A to' el mundo le recetan algo aunque no han estudiado un carajo de farmacia, pero de meterse pepas ellos saben. Están pasaítos de fecha pa' decirle adultos y todavía no son suficientemente viejos pa' decirle ancianos, pero están tocando la puerta y viven con la receta en la mano...es la generación pastilla.
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