Lo veo por algo más que gusto, gusto es la razón por la que vi y estoy considerando volver a ver Breaking Bad, pero eso es otra cosa, "esto es Idol Puerto Rico". En cualquiera de sus versiones, de niños o adolescentes el programa me hace sentir que estoy en una sala gigante con la mitad del país viendo y comentando mientras nos pasamos la bandeja con los munchies, entonces estoy de acuerdo con que es algo de "lo que nos une". Entonces si es así, por mi parte nos unimos para ver alguien recibir el golpe de la decepción de plano en la cara, en vivo, en público y frente a miles de personas, es un eco del circo romano en el siglo veintiuno, por televisión y a la Boricuex.
Un grupo de chicos y chicas tienen pase expreso para llegar a la fama en las semanas que duren en competencia después de pasar una audición de miles de personas y así venden a los participantes, "Puerto Rico, aquí están los mejores entre los miles que vinieron a las audiciones en toda la isla". Me pregunto si se supone que esto cause alguna impresión después de ver los primeros programas donde transmiten tres horas de visuales con gente que quiere llegar a la televisión sin más talento que no tener vergüenza al momento de hacer el ridículo. "Ustedes son los doce escogidos!", una declaración con sabor cristiano le alimenta el orgullo y compromiso a estos aspirantes a algo que hasta ese momento no sabían que querían hacer. Apuesto que al noventa y ocho porciento de ellos nadie los había escuchado expresar nunca su deseo de ser estrellas del entretenimiento. Claro que me gustaría sentir la euforia de Freddie Mercury en Wembley Stadium por un día, pero eso es un sueño imposible como dice la canción; me refiero a dedicarse a cantar porque no sabes hacer otra cosa, porque no puedes hacer otra cosa, no porque no tienes nada mejor que hacer y te fuiste en el viaje de Loubriel entonando un 'yo puedo' aunque nunca habías hecho un carajo por mostrar tu recién descubierto talento al Mundo.
En la selección hay un token de cada grupo, hombres, mujeres, blancos, negros, flacos, gordos, macho looking, puta looking, afeminado looking, cristiano luchando contra lo secular, ex tecato en reformación o en potencia, uno del caserío y alguien con algún impedimento que puede ser un enano o un ciego; nunca alguien en silla de ruedas porque el padrino Mamery nos recuerda que se busca alguien que baile y se mueva sin problemas por el escenario, que venda boletos y llene el Choliseo y Sandra Zaiter no se tira esas, el público quiere un espectáculo.
Aunque todos los sectores están debidamente representados en el segundo programa ya han planchado los pelos rizos y han mandao a rebajar a la pareja de gordos que entraron en el primer corte. Olvídate de que el concurso es para cantar, tu voz puede escucharse mal pero tú tienes que verte bien aunque las tres comidas que hagas al día son cortesía de Burger King, parecerá imposible rebajar las cuarenta libras que tienes demás pero ahora hay ensaladas en el menú.
Y de postre el jurado, que se dividen los turnos pa' decir la verdad o alguna mentira que deje esperanzados a los chicos hasta la próxima semana o hasta que les digan que se van pa'l carajo al final de ese programa, el jurado opina y el público decide. Está claro que el programa vende faranduleo y bien que traigan figuras que suban los raitings y vendan el espacio de anuncios, pero tener en el banco a Edgardo Díaz, Elvis Crespo y Topy Mamery es como jugar fantasy basketball con el equipo más jodido en la historia del deporte imaginario, tal vez superado solamente por un trío compuesto de Herbert Cruz, José Raúl Arriaga y Pablo Casellas dirigidos por Hilton Cordero. Frente a esta gente con un almacén lleno de esqueletos expuestos se paran los participantes a recibir consejos de cómo hacer las cosas bien. Dije que era un circo y nada mejor que tener dulces en la mano cuando empieza el espectáculo.
Se ganan admiradores de la noche a la mañana a cuenta de promoción en postes y cruza calles pidiendo votos como político del país a son de caravanas, camisetas y pancartas con sus nombres. Semana a semana disminuye el grupo de aspirantes y los que se van no se despiden sin hacer juramento de que "esto no termina aquí porque este es mi sueño y yo les prometo que esto es sólo el comienzo y ustedes verán mucho más de mí", aunque la oscuridad se apodere del noventa y nueve porciento después del hype.
La próxima temporada organizo un live stream con un panel de comentario donde hagamos nuestras propias votaciones, maybe algo así como un Fantasy Idol Puerto Rico.
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